jueves, 23 de febrero de 2012

Anatomia de la mano, aplicada a la escalada.

Con estos días pasados de frío intenso y aire no se ha podido realizar prácticamente ninguna actividad en el monte. Eso nos ha permitido acumular horas de entreno en el tablero que esperemos nos sirvan para cosechar buenas cadenas ahora cuando vuelva la estabilidad.

Pero cuando se "preta" en el panel, pueden aparecer molestias con las que hay que tener muchísimo cuidado si no queremos fastidiarnos de verdad. Como todos escaladores, pensamos en nuestras manos, nuestros dedos... pero, ¿cómo es realmente nuestra mano?

(Antes de continuar es conveniente aclarar que no soy, médico ni fisioterapeuta, soy GEÓLOGO. Con esto quiero decir que esta entrada surge de la curiosidad o la necesidad que he tenido en conocer mejor uno de los instrumentos implicados en la escalada, la mano....)

La mano conforma el cuarto segmento del miembro superior o torácico. Como bien sabemos, se sitúa en el extremo de los antebrazos y tiene cinco dedos, que nos duelen después de una dura sesión en el tablero. La zona de unión con el antebrazo es la "muñeca" y la forma el carpo que está constituido por 8 huesos. A continuación se sitúa el metacarpo (zona palmar) constituido por 5 huesos, uno para cada dedo. De estos surgen los cinco dedos, constituidos por tres falanges: proximal - medial -distal, excepto el pulgar que solo se compone de proximal y distal.

Cuando escalamos, las cargas a las que sometemos los dedos son brutales. La fuerza se realiza a través de los músculos que recorren el antebrazo. Estos se insertan en la zona interior del codo, y terminan formando unos largos tendones que se insertan en las falanges. Los tendones funcionan como elementos que transmisores de las fuerzas mecánicas, del músculo al hueso. Es decir, son los encargados de transmitir la contracción muscular, para que una estructura ósea mantenga o modifique su postura.

Los tendones se insertan en los huesos que conforman las falanges gracias a unas estructuras famosas en el mundo de la escalada, y que reciben el nombre de "poleas". Cada falange se compone de 5 poleas anulares y 3 poleas cruciformes. A su vez, el tendón queda "protegido" por una estructura dentro de la cual, se desliza e impide su rozamiento con el hueso, esta es la vaina
sinovial.


Las pequeñas presas (regletas) en fuertes desplomes, que suelen conformar parte de los intinerarios que los escaladores realizan en los tableros, o esas presas minúsculas que le ponen el punto picante a un bloque..... provocan cargas brutales a las poleas A2 y A4, generalmente las mas castigadas. Las articulaciones interfalángica distal y proximal también sufren fuertes cargas laterales en los momentos en los que el escalador cambia de presa o modifca su postura para prepararse para el siguiente movimiento.

En resumen, las inflamaciones de la vaina sinovial, el tendón, el desgarro de las poleas anulares y en el caso mas extremo su rotura son las lesiones mas típicas que aparecen en los dedos de los escaladores.

Es conveniente escuchar al cuerpo y saber cuando se debe reposar o bajar la intesidad de la actividad. Aplicar frío después de una dura sesión en el panel... Algunos escaladores optan por vendajes preventivos en los dedos. Son preventivos y nunca sirven para curar una lesión. Pueden ayudarnos a proteger alguna zona del dedo en momentos puntuales. Es muy importante realizar el vendaje de una forma correcta, si no, este no es efectivo, incluso empeorará la situación. Los vendajes mas usados son: los vendajes simples en los que se venda unicamente la falange proximal o medial, y los referzos en x.

Después de todo este rollo.... ¡A PRETAR!

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